Feministas: La verdad de la Autonomía como forma de vida I Dijous, 19 de novembre a les 20 h

“Feministas: La verdad de la Autonomía como forma de vida” es un debate sobre la centralidad del feminismo revolucionario en la herencia de la Autonomía, con Silvia Alberich, otras compas feministas y Marcello Tarí, autor del libro Il ghiaccio era sottile. Per una storia dell’autonomia, que publicará a principios del 2016 Traficantes de sueños. Será el jueves 19 a las 20h en La Base.

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Apovechando la visita de Marcello queríamos abrir un debate con compas feministas y no, de la Base y de otros lugares. El libro de Marcello, que no es sobre el feminismo, sino sobre las luchas autónomas en Italia, hace una lectura de la Autonomía donde el feminismo revolucionario emerge con una centralidad no siempre reconocida, ni comprendida, dentro de las mejores intuiciones y desarrollos del momento en que el proceso revolucionario fue brutalmente interrumpido en Europa.

No es que no hubiera una «autonomía obrera», es que la «autonomía difusa» fue mucho más interesante y lo sigue siendo para nosotras, y nosotros. Desplazando el eje de la conflictividad histórica, desde la «centralidad obrera» a la «centralidad de la vida», ahí estuvieron las feministas, desbrozando el camino para los y las jóvenes proletarios, los gays y lesbianas y transexuales, parados, migrantes del sur, estudiantes, desertores de la fábrica, todos y todas desbordando sus identidades en un devenir-revolucionario cuyo delirar era expresión de una potencia que resultaba incomprensible, tanto para el poder como para el movimiento obrero clásico.

Los Situacionistas también habían realizado ese desplazamiento hacia la vida. Sin embargo, la manera como las feministas autónomas lo enuncian, y lo desarrollan en las prácticas y en los combates, tiene una centralidad y una potencia mucho mayor dentro del «movimiento de las autonomías», así como dentro del año insurgente del Movimiento del ’77. Para nosotras, y nosotros, que nos sentimos herederos y herederas de la Autonomía, resulta absolutamente necesario entablar un debate político para tratar de comprender qué significa hoy todo lo que ellas incendiaron.

DINÁMICA DEL DEBATE

A partir de breves introducciones iremos avanzando en base a preguntas y respuestas que permitan ir encontrando las resonancias entre lo que fue posible y lo que viene.

1. Marcello Tarì:  Presentación de este eje de lectura de la Autonomía.

2. Sílvia Alberich y otras compas:  a)  Cómo desde el feminismo autónomo hoy se recoge y se reconoce esta herencia. b) Espacios de separación y espacios de confluencia, visto desde el feminismo autónomo actual y en relación a espacios, como el de la Base, que se sienten herederos de la Autonomía, y donde la potencia quiere tomar forma dentro del desplegarse de una vida común.

3. Preguntas y discusión abierta.

PRESENTACIÓN

Marcello ha conseguido escribir un libro alucinante, ha conseguido, como sugería Benjamin, fabricar la llave de una estancia del pasado, «el ingreso en esa estancia constituye el ahora disruptivo de la acción política contemporánea. Acción que coincide con el habitar la distancia entre lo que fue posible y lo que viene».

Pero el jueves no hablaremos propiamente del libro, eso lo dejamos para principios del año que viene, cuando salga en castellano.

Lo que si queríamos, aprovechando que viene de visita a La Base, es abrir un debate sobre uno de los temas que vertebra el libro y que hoy vuelve a ser de total actualidad, gracias a la potencia de los grupos feministas actuales y a los colectivos de mujeres combatienetes del Kurdistan revolucionario: la centralidad del feminsmo revolucionario en la herencia de la Autonomía. Para ello contamos con compas feministas que han participado entre otros lugares, en el espacio de las «feministas autónomas» abierto en Barcelona los últimos años.

En el Estado español no quiere dejarse de hablar de la «autonomía obrera» para los setenta, sin embargo, lo que la investigación de Marcello desvela es que ya en los setenta, entre 1973 y 1977-1979, se produjo el desplazamiento de la «autonomía obrera» a la «autonomía difusa», los mismos obreros extendieron el conflicto en Italia desde las fábricas hacia los barrios de la metrópoli. Había que extender el conflicto a todos los aspectos de la vida.

Lo que ocurrió es que se encontraron allí toda una serie de nuevos comportamientos entre las mujeres y entre los jóvenes, con nuevas formas de sensibilidad, con el extrañamiento respecto al mundo de la fábrica, el horror del puesto fijo, el rechazo al trabajo y toda un serie de temas ajenos completamente al clásico movimiento obrero. Vagar por las plazas, ocupaciones de casas colectivas, expropiaciones salvajes de artículos de lujo de los supermercados, autorreducciones del alquiler y el transporte, pero también del cine, donde se llegaba a cincuenta, o de los conciertos, manifestaciones armadas, ataques a centros psiquiátricos, rondas de autodefensa en los barrios…

Dentro de este magma convulso el feminsimo revolucionario fue la posición más elaborada, más potente y mejor argumentada de la crítica a la «centralidad obrera» y del desplazamiento, dentro del cual todavía vivimos hoy, desde un centro político basado en el «trabajo» hasta un centro político que coincide con la vida entera: extrañamiento respecto al mundo capitalista, la vida y la lucha como indisociables, lo personal como político.

Gracias a la ruptura que introdujo entre cuerpo y economía, entre gratuidad y salario, entre conciencia de sí y política alienada, entre juego y machismo militante, entre erotismo del deseo y sexo repetitivo, entre orgasmo libre y esclavismo falocrático, entre comunidad de los afectos y familia, el feminismo fue la dimensión más significativa de la verdad de la Autonomía como forma de vida.

¿Cómo pensamos hoy esta herencia de la Autonomía en nuestras manos? ¿Le reconocemos al feminismo la centralidad de este desplazamiento? ¿Cómo nos relacionamos con el momento en el que fue brutalmente interrumpido el proceso revolucionario? ¿Por qué, después de 35 años, las feministas continúan imponiendo la separación de espacios, qué reivindicaciones no estamos entendiendo? Y, en espacios que quieren pensar una estrategia revolucionaria autónoma que implique a la vida entera, como La Base, ¿cómo pensar y elaborar espacios de confluencia?